EL MADRID NO ES MALO, ES PIQUÉ.

Veo al madridismo muy ofendido.
Bueno, ese madridismo de Jugones y Chiringuito, casposillo pero de notables audiencias.

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La gota que colmó el vaso fue cuando el otro día, Piqué llamó cono a Arbeloa, mote con el que le bautizó hace años un madridista de pro, Manolo Lama. Fue una falta de respeto inadmisible, estoy de acuerdo. Decir que un compañero de profesión hace mal su trabajo está mal, muy mal.
Gerard se pasó. Otra chiquillada más del niño malcriado qué es. Broncazo y punto. El caso no da para más.

Pero al madridismo, las salidas de tono del central blaugrana le vienen de perlas.
Un Madrid que hace años, muchos ya, no juega a nada y no gana casi nada, mientras el eterno rival lleva una década ganándolo todo. Y encima jugando como los ángeles. Hay que distraer la atención.
Asi que la caverna, la central lechera, capitaneada por Josep Pedrerol, como cada vez tienen menos argumentos para echarle mierda al Barça, han decidido que Piqué sea Satanás. Hay que sancionarle, echarle de la selección, pitarle cada vez que pise un terreno de juego y que Shakira lo castigue al rincón de pensar.

Se cuestionan “els valors” del más que un club, demandan venganza más que justicia y dan clases de elegancia, maneras y fairplay. De pena.

Los que después de que Mou metiera un dedo en el ojo a Tito, colgaron una pancarta en el Bernabeu pavoneándose (“Tu dedo nos señala el camino”) van y se ofenden.

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Que Raul mande callar al Camp Nou es un gesto de orgullo merengue, de señorío, pero que Piqué saque una manita cuando les acabas de meter cinco chicharros, es una falta de respeto. Que se acuerde de Kevin Roldán al celebrar la liga, está muy pero que muy feo,  pero que Guti y Raul canten “mierda Barça, mierda, Barça” es señorío.
Que Gerard tenga un altercado con la Policía Urbana es gravísimo, que Benzema corra más por la Castellana que Alonso en Monza o chantajee a compañeros de selección, también debe ser señorío de ese..
Que un Isco impotente le suelte un patadón de roja a Neymar y abandone Chamartín coreado, también señorío. Que leyendas merengues como  Sanchís y Rincón brabuconeen en la radio, diciendo que ellos también le habrían dado leña a Ney, más señorío… Venga ya! Esto es futbol, un deporte donde compiten jóvenes y el pique y la rivalidad más que malos, son imprescindibles. Basta ya de excusitas de mal perdedor.

Lo único que ha hecho Gerard Piqué, es decir que se siente culé hasta las trancas, que quiere que el Madrid pierda hasta a las chapas y que se alegra de todos sus ridículos. Su delito es ser demasiado culé y un poco gamberro. Ya ves.

Eso es, precisamente, lo que más rabia les da, que ellos no tienen Piqués. Que no les quedan Gutis, Michels o Juanitos. Esos futbolistas incorrectos, justamente porque sienten los colores tanto o más que los hooligans. Que se romperían la cara por la camiseta. Y que cuánto más les odia el rival, más les adora su afición.
Piqué, Busquets, Sergi Roberto, Jordi Alba, Iniesta, Rafinha, Bartra, Luis Enrique o el mismo Messi, son culés,  muy culés. En el Madrid de hoy, la camiseta la sienten los que no juegan y ahora, el míster. Es lo que tiene que personajes como Florentino hagan de un equipo su cortijo.
Sigue sin entender que para ganar dinero, quizá basta con vender camisetas, pero para ganar títulos, es mejor sentirla. Al menos unos cuantos del vestuario.

Keylor, Danilo, Varanne, Ramos, Marcelo, Kroos, Modric, James, Bale, Benzema y CR7. Plantillazo, la mejor del mundo quizá. Pero con un solo español en la alineación, eso si, todos madridistas desde que nacieron.

Piqué la cagó un poco, pero el que no ha parado de meterle mierda al Madrid desde que llegó es su Presidente, que ni siquiera es capaz de poner a alguno de sus siervos para que sepa si el ruso puede jugar en Cádiz o no.

No os enfadéis con Piqué, entended que, un poco, es para reírse.