Ser independentista es como creer en Dios o ser del Betis.

O como seguir amando a esa mujer que ya ni siquiera te odia.
Son cosas que uno no puede decidir. Son y punto.
Uno puede decidir lo que hace y lo que dice,  pero no lo que piensa y menos lo que siente.
Yo no elegí ser del Barça y mi madre no eligió creer en Dios, no podemos evitarlo. No importa que el equipo juegue mal y dios se porte aun peor. Es fe.
Al fin y al cabo, todos somos esclavos de una mezcla de educación, cultura, moral, experiencias y sentimientos que hacen de uno lo que es. Y en ese mejunje, hay decisiones que ya no puedes tomar.

shaw

Algo asi me pasa con la independencia. Soy más agnóstico que ateo.
Independentista se es o no se es, pero no se vuelve uno de repente como si pillase un virus.
Soy catalán de madre almeriense y padre leridano. Me encanta mi tierra y aprendí los dos idiomas a la vez. Mi madre, la andaluza, siempre fue nacionalista y de no haberse ido con su dios hace unos años, sería independentista. No me cabe la menor duda.

Pero qué hacer cuando no te ponen nada las fronteras, las banderas ni los himnos. La más mínima emoción, ni con los de unos ni con los de los otros.  Naciones, paises, incluso continentes, me parecen separados por lineas que dibujó y dibuja el poder del dinero y los intereses de unos pocos, no la lengua, la justicia o la cultura.
Tampoco creo que yo tenga ningún derecho sobre un trozo de tierra, por el simple hecho de haber nacido allí. Y hasta que les conozca, no sé si me voy a identificar más con un vecino de Riudoms, uno de Berlín o uno de Villanueva de los Infantes. Y hoy por hoy, me siento mucho más cerca de Manuela Carmena que de Jordi Pujol.

Un independentista primero ha de ser nacionalista, muy nacionalista, hasta la médula. Ha de creer que pertenece a un colectivo de gente distinta al resto. Por historia, lengua y cultura. Suele creer que ese grupo, además de distinto es superior. Está convencido de que su idioma es más rico, se emociona al ver su bandera y se le eriza la piel al oír su himno. Y aunque confía en que su nivel económico mejorará, ese nunca sería un valor que le pudiese hacer cambiar de sentimiento.

A mi todo eso no me pasa. Ni con Catalunya, ni con España.
Es más, patriotismo o nacionalismo son conceptos que parece necesitan de rivales, enemigos, para sustentarse. El patriotismo suele aflorar en las competiciones deportivas y en los conflictos. No se si me interesa aprender a ser patriota.

rajoy-mas08012013

Otra cosa muy distinta es que sobrevivir a la crisis con este gobierno corrupto, rancio, incompetente y probablemente ilegal, sea tan humillante que dé ganas de irse. Muchas.
Los politicos de aquí y de allá saben lo que hacen. Ven que lo suyo no tiene arreglo y deciden que el problema de España son los catalanes y el de Catalunya, los españoles. Calentar manejando según que argumentos es muy fácil. Más que cortina, un telón de humo me parece.
Nosotros, el pueblo, hacemos como cuando se nos separa un amigo, tomar partido y buscar culpables, en lugar de pedir explicaciones, a Mariano y a Artur, de lo que han hecho con nuestro voto y con su dignidad.
Y para acabar de sazonarlo, Marhuenda, El Mundo, La Razón, El ABC, Inda, la COPE, TVE, Aznar, la carta de Felipe Gonzalez… mintiendo a dos carrillos y manos llenas. No soy inmune. Últimamente y algún dia varias veces,  intento ser independentista, pero entre eso mío que no me deja y que me acuerdo de Más y los Pujol, me vengo abajo.

Lo que si podría es votar Si. Por supuesto. Pero eso no sería independentismo. Prágmatismo quizá y un poco de egoísmo.
Al fin y al cabo y por lo que esgrimen unos y otros, para mi es una cuestión muy de intangibles, algo de piel y demasiada viscera.
No creo que estemos decidiendo qué queremos ser de mayores, me da que solo estamos decidiendo en que idioma preferimos que hablen nuestros dueños.

15 comentarios en “Ser independentista es como creer en Dios o ser del Betis.

  1. Bueno… No se si sabré explicarme tan bien como ustedes… Pero voy a intentarlo!
    Comparto la diferencia entre nacionalista i independentista del señor Lombera.
    También su descripción de nacionalismo.
    No comparto en absoluto lo que dice este párrafo:

    «Un independentista primero ha de ser nacionalista, muy nacionalista, hasta la médula. Ha de creer que pertenece a un colectivo de gente distinta al resto. Por historia, lengua y cultura. Suele creer que ese grupo, además de distinto es superior. Está convencido de que su idioma es más rico, se emociona al ver su bandera y se le eriza la piel al oír su himno. Y aunque confía en que su nivel económico mejorará, ese nunca sería un valor que le pudiese hacer cambiar de sentimiento.»

    Un nacionalista quizá sea todo eso, pero un independentista puede que tambien, pero puede que sea otra cosa totalmente distinta i sienta lo mismo que ustedes delante del fervor nacionalista.
    Creo que no se debe mezclar nacionalismo con independentismo con tanta facilidad. Puede que sea una reacción inevitable, pero creo que no responde a la realidad de los catalanes.
    Nacionalistas hasta la médula y independentistas hasta la muerte siempre ha habido y siempre habrá. En Catalunya i en todas partes. Nos guste o no…
    Yo también podría votar Si y seria independentismo. Porque votar si es eso.
    También puede ser pragmatismo, egoísmo, descontentamiento, aburrimiento, ilusión, ganas de cambio, etc… pero eso es más personal…
    Puede que si sea una cuestión muy de intangibles, sobre todo si intentamos adivinar el futuro. Pero ademas es una cuestión de respeto.
    No creo que lo más importante sea el idioma sino la capacidad de decidir.

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  2. Cuando leo un texto en el que coincido prácticamente en todo siempre me pasa lo mismo: me pregunto algo así como «¿Pues va a ser que no estoy tan equivocado o que no soy el único que comparte equivocación?». Porque las certezas me suelen provocar alergia. Esto me ha pasado al leer tu post. No la alergia, si no la conclusión de que coincido con lo que planteas.

    Y también el volver a recordar una de las cosas que no comprendo del independentismo: la fe ciega, ese «se es o no se es». Ya sabes que mi cuota de fe la tengo cubierta (y tampoco está exenta de dudas).

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    1. Gracias Manolo. Que bueno lo de las alergias a las certezas. Yo la verdad es que con los años las voy perdiendo casi todas. Eso si, algunas parecen enquistadas ahí ya para siempre. Quién sabe. Un abrazo.

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  3. Buen post. Así nos sentimos unos cuantos. Sólo discrepo sobre lo de nacionalistas e independentistas. Todos los nacionalistas son independentistas, pero no todos los independentistas son nacionalistas. Algunos lo son porque creen en esa vía como salida a la crisis o como solución a cierto tipo de problemas sociales (la corrupción por ejemplo) y es por ese motivo que cuestiono la realidad de ese sentimiento mayoritario sobre la independencia ¿Existiría o sería tan mayoritario fuera del contexto de esta crisis? El problema es que, una vez lograda la independencia, sería muy complicado (o imposible) detener el auge nacionalista, y sus consecuencias acabarían sufriéndolas los que ahora se declaran independentista NO nacionalistas. Y como ya sabemos, y tú bien explicas en el post, el nacionalismo es de derechas, conservador, tradicionalista y excluyente. Y yo no quiero vivir en un país sustentado en esos conceptos. Enhorabuena por tu blog y bienvenido a su «esclavitud».

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    1. Para ser algo algun dia hay que empezar a serlo. Seguidor se puede ser de muchas cosas, pero si son realmente béticos, su equipo de cabecera es el Betis manque pierda, no eran del Sevilla. Y probablemente de ningún otro equipo de primera división. Por cierto, me alegro de ese aumento. Saludos.

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